Los países y las ciudades del Triángulo Norte de América Central – El Salvador, Guatemala y Honduras – presentan tasa de muertes violentas que están entre las más altas del mundo. El Salvador lidera el ranking con su capital, San Salvador: la tasa de homicidios de la ciudad es alrededor de 137 por 100 mil habitantes, casi 20 veces más alta que la media global. Honduras y Guatemala también presentan elevados índices de violencia, con tasas de homicidios que exceden las de Afganistán o Siria.
La violencia homicida es solamente la punta del iceberg. Las ciudades de esta región también padecen de altos niveles de desigualdad, desempleo y riesgo de desastres. La violencia en América Central es impulsada por una combinación de pandillas transnacionales, tráfico de drogas y un estado de derecho débil. Se estima que existen alrededor de 70 mil pandilleros en toda la región, pero aún no se saben los números exactos. En la raíz del problema de pandillas, se encuentran factores estructurales y culturales, incluso la inequidad de oportunidades, acceso inadecuado a servicios públicos, dinámicas machistas y falta de habilidades para resolución conflictos.
Con algunas excepciones, los gobiernos centroamericanos han priorizado las políticas de “mano dura” para el creciente problema de inseguridad. Las iniciativas volcadas a la prevención y rehabilitación han jugado un rol secundario. La violencia en la región, sin embargo, creció considerablemente. El Salvador, por ejemplo, presentó un aumento de 31% en el número de homicidios de 2010 a 2016, mientras que la capacidad de las cárceles sobrepasó en 300%.
Centros urbanos como Soyapango, San Pedro Sula y Ciudad de Guatemala son la zona cero en la búsqueda para tornar las ciudades espacios seguros para sus ciudadanos y para promover esfuerzos conjuntos dedicados a la prevención y reducción de la violencia. Donantes, sociedad civil, iglesias, empresas y gobiernos están explorando modelos, sociedades y abordajes a medida, con importantes lecciones para compartir con el restante de la región latinoamericana. Efectivamente, los homicidios disminuyeron en 7.5% entre 2010 y 2016 en el Triángulo Norte. El acceso y la calidad de los datos sobre violencia ha mejorado considerablemente en los últimos años. Por consiguiente, se está consolidando un entendimiento sobre los patrones y dinámicas de la violencia, que a su vez, informarán políticas y estrategias de prevención y reducción de la violencia.
En este contexto, los Diálogos de Seguridad Urbana tienen como objetivo generar un debate informado sobre evidencias en innovaciones en seguridad urbana en El Salvador y otros contextos del Triángulo Norte. Consistirá en un fórum de dos días con reconocidos especialistas locales e internacionales del gobierno, sector privado y sociedad civil, con el objetivo de crear un espacio de dialogo e intercambio entre ellos. Los Diálogos considerarán metodologías diversas para impulsar los debates, incluyendo paneles de expertos, talleres para discutir modelos que han funcionado, visitas a campo y talleres sobre escenarios para pensar cuestiones de seguridad urbana hasta el 2028.