Balas en la playa: violencia de alto impacto en México

DW

January, 2018

Crímenes que suceden en destinos turísticos de México tienen gran repercusión internacional, pero son parte de un fenómeno de violencia que afecta a todo el país, afirman expertos a DW.

Hace años, el puerto de Acapulco era conocido por sus maravillas naturales, entre ellas, los  crepúsculos inmortalizados en obras del pintor Diego Rivera. Hoy, en el emblemático destino turístico no se habla tanto de eso como de la violencia. Acapulco, según el think tank brasileño Instituto Igarapé, fue en 2015 la ciudad de América Latina con la segunda mayor tasa de homicidios: 108 por cada 100.000 habitantes.

En México, el Consejo Ciudadano para la Seguridad Pública y Justicia Penal fue más lejos: según un ranking  dado a conocer por el organismo en abril de 2017, Acapulco es la segunda ciudad más violenta del mundo después de Caracas, Venezuela.

El puerto acapulqueño no es el único paraíso mexicano que para muchos se ha convertido en un infierno, a causa de la criminalidad. Uno de los mayores incrementos en los índices de homicidios, sino es que el mayor, se produjo en el estado de Baja California Sur, donde se encuentran santuarios turísticos de México como La Paz y Los Cabos. Cifras oficiales indican que el número de homicidios en ese estado ha pasado de 177 en 2015, a 650 en 2017 (enero a noviembre).

Analistas como Alejandro Hope, uno de los expertos más reconocidos en materia de seguridad en México, atribuyen en parte este incremento a “una disputa a varias bandas entre organizaciones criminales. Hace no tanto, Baja California Sur era escenario de la guerra entre los hijos de Joaquín ‘El Chapo’  Guzmán y Dámaso López ‘El licenciado’ “, escribió Hope en un artículo publicado en El Universal.

Otros ven el fenómeno de los “paraísos perdidos” como parte de un panorama más amplio. “Si nos queremos preguntar por qué  en específico zonas como Acapulco, Cancún (o en general el estado de Quintana Roo) y Los Cabos tienen problemas con el crimen organizado, también tenemos que preguntarnos sobre el problema general de la inseguridad”, dice a DW desde México David Ramírez, coordinador del programa de Seguridad en México Evalúa, centro de pensamiento  dedicado a promover políticas públicas en temas como la impartición de justicia. “En los últimos dos sexenios, a pesar de que se ha hecho un esfuerzo y se ha manejado el tema de la seguridad en los discursos, todavía no podemos decir que haya grandes avances”, señala (escuche la entrevista completa).

A manera de ejemplo, Ramírez menciona a la corrupción y la ingobernabilidad en las cárceles mexicanas como factores que contribuyen a la violencia en todo el país.

Crecimiento “impresionante”

En Baja California Sur, el incremento en los índices de homicidios también es visto como parte de una realidad cada vez más violenta. “Principalmente en los municipios de La Paz y Los Cabos, hemos visto cómo han aumentado los robos a casa habitación, los homicidios, y la violencia de forma muy generalizada”, dice a DW desde La Paz Lizeth Collins Collins, visitadora general en la Comisión de Derechos Humanos de Baja California Sur. “Esta situación se ha disparado de una manera impresionante en los últimos dos años”. Una de las víctimas de esta ola de violencia fue el ombudsmansudcaliforniano Silvestre de la Toba, asesinado en calles de La Paz, a quien Collins sustituye como encargada de despacho.

Por su parte, Hope también ve en México, con todo y sus santuarios turísticos, un panorama de violencia en el que las acciones del crimen organizado son solo un componente. Al analizar el ejemplo de Los Cabos en el citado artículo, el analista apunta a donde quizá se encuentra la raíz de todo el problema: “Hay algo más que drogas y delincuentes. Hay una indiferencia extraordinaria de autoridades de todos niveles”.

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