La “Mano Dura”
Los enfoques que prometen ser “duros contra el delito” son atractivos para la opinión pública. Líderes autoritarios y populistas suelen usarlos, ya que suenan “moralmente justos” y orientados a la acción.
Presidentes, gobernadores y alcaldes de la izquierda y la derecha a menudo están dispuestos a suspender los derechos y las libertades de los ciudadanos en nombre del “orden público”. De hecho, los ciudadanos con frecuencia dan la bienvenida a medidas de “mano dura”, bajo la promesa de que frenarán las tasas de criminalidad. Y es que los latinoamericanos tienen buenas razones para sentirse inseguros: la región registra las tasas de asesinatos y de victimización más altas del mundo.
A pesar de su inmensa popularidad, las intervenciones de “mano dura” rara vez son efectivas. Incluso bajo sus propios parámetros de éxito, este tipo de medidas a menudo no consiguen reducir los indicadores de inseguridad, bajar la impunidad, disuadir la ocurrencia de nuevos delitos o prevenir la reincidencia. Si bien estas medidas parecen proporcionar una acción decisiva por parte de políticos y jefes de policía, son económicamente ineficientes. Además, suelen tener consecuencias imprevistas, como la estigmatización y la violación de los derechos de los jóvenes que viven en comunidades marginadas.
Este documento, analiza las características de las medidas de “mano dura”, tomando como base lo ocurrido en los Estados Unidos y los países de América Latina. Con las limitaciones de la información disponible, este texto evalúa los costos y beneficios asociados con las medidas punitivas, tomando en cuenta los factores humanos y materiales. Lo anterior, a partir de una revisión bibliográfica extensa, no en un análisis directo del costo-beneficio de cada una de las intervenciones. Este estudio considera
una gama amplia de variables independientes, incluyendo los cambios en los niveles de homicidio y la victimización, así como los recursos gastados y ahorrados.
Este artículo está dividido en tres secciones. En la primera, se define la “mano dura” y se analizan los distintos tipos de intervención que propone este enfoque, señalando sus costos y potenciales beneficios. En la segunda, se examinan los costos y beneficios de la prevención, tomando en cuenta el gasto y la retribución por cada dólar invertido. La tercera sección contiene las conclusiones y los hallazgos claves del estudio.
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