La falta de protección y el narcotráfico, precursores de pandillas juveniles
Abril, 2017
La exposición a la violencia doméstica, la ausencia de escuelas como espacios de protección y la existencia de un referente de masculinidad basado en la fuerza son, unidos a las redes del narcotráfico, algunos de los factores que empujan a los jóvenes a unirse a las pandillas.
Así lo explicaron un grupo de expertos internacionales, con notable presencia latinoamericana, durante el Foro Mundial de Violencias Urbanas, que se celebra en Madrid y que hoy analizó cómo es la violencia perpetrada por las bandas juveniles.
Según la investigadora del Instituto Igarapé de Río de Janeiro Michele Gonçalves dos Ramos, América Latina “es la región más violenta del mundo”, con cerca del 38 por ciento de los asesinatos que se cometen en el planeta.
Los niños y adolescentes son los que salen peor parados en estas estadísticas, ya que cada hora cuatro jóvenes pierden la vida de forma violenta, según lamentó la investigadora, quien culpó de esta situación a las políticas estatales ineficientes y a la cultura de violencia imperante en la región.
“Los jóvenes son ahora percibidos como una amenaza y no como protagonistas del cambio social”, afirmó Gonçalves.
Los expertos coincidieron en la importancia de invertir en educación y salud, tal y como instan los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU, con el fin de combatir la lacra de las pandillas, pero también en atacar su sustento económico: las redes de narcotráfico.
Para el secretario general de la Conferencia de Ministros de Justicia de los Países Iberoamericanos (COMJIB), Arkel Benítez, lo importante es “llegar a los temas estructurales”, como el acceso a las armas y la venta y el consumo de drogas y alcohol.
“América Latina no fabrica las armas que usan las pandillas y tampoco son los jóvenes latinoamericanos consumidores naturales de estas drogas”, señaló Benítez, quien culpó a Occidente y Asia de estas acciones.
En esto coincidió también el alcalde de la localidad guatemalteca de Villa Nueva, Edwin Escobar, quien reclamó a Europa y Estados Unidos que tomen la lucha contra las bandas latinoamericanas como propia, ya que son causantes de la existencia de las mismas.
“En Europa y Estados Unidos se quedan las drogas y el dinero, pero no las armas y los muertos”, lamentó Escobar.
La falta de identidad de los jóvenes y los problemas familiares y escolares provocan el surgimiento de las bandas, pero son las redes de narcotráfico las que hacen que se mantengan, denunciaron los expertos.
Aunque todos consideran que el fin de estos grupos pasa por un “ataque” a la estructura de los mismos, lamentaron que, tras más de cincuenta años en activo, es poco probable que vayan a desaparecer pronto.
“El narcotráfico nos tiene que enseñar cómo se organizan los cárteles para así poder crear otros dedicados al bien: de la cultura, el arte y la no violencia”, afirmó el rapero Jeihhco, quien forma parte de la Casa Kolacho, un espacio cultural en la ciudad colombiana de Medellín.
Fortalecer las familias y la educación, proteger a los menores y acabar con el narcotráfico son algunas de las propuestas de los expertos para acabar con las pandillas, aunque esto no será posible si no se conocen las motivaciones e intereses de estos jóvenes, según explicaron.